lunes, 2 de abril de 2018

SUELO FORESTAL Y SOSTENIBILIDAD


La fertilidad y la productividad son conceptos económicos perfectamente modificables en la agricultura; mientras que los terrenos forestales no deben de necesitar de aportes externos de nutrientes ni de laboreos para facilitar la aireación y aumentar la capacidad de retención del agua de lluvia.  El suelo del bosque se mantiene naturalmente cuando se respeta  el ecosistema, por encima y por debajo del nivel del suelo.
Lo expresado en el anterior párrafo es una obviedad.  Ahora,  intentemos afinar en la realidad de estas afirmaciones.
En primer lugar la fertilidad y productividad agrícola son términos técnicos y económicos, o lo que viene a ser lo mismo no están relacionados directamente con la sostenibilidad ambiental o eficacia del sistema.  Comparados con los suelos forestales son muy ineficaces y por tanto derrochadores de nutrientes fundamentales como el nitrógeno y el fósforo. En el caso del regadío, son verdaderos sumideros que arrastran al agua hasta acuíferos, aguas superficiales y finalmente el mar.
En el caso de la productividad como concepto agrícola o económico tiene que ver con la capacidad para producir mediatizado por los factores externos del cultivo (abono, laboreos, enmiendas, etc) con los que se consigue el fin último buscado que no es la productividad sino el rendimiento económico ( por si alguien no lo coge hablamos de mercado y política,  ténganse en cuenta  el precio de mercado que es fluctuante y la obtención de ayudas o subvenciones).
También los terrenos forestales producen bienes, aunque en éste el rendimiento económico sea para echarse a llorar; pero si habláramos de una productividad forestal la diferenciamos de la agrícola en el punto en el que medio se deteriora y  únicamente se puede recuperar con aportes externos.
Esto es, no es cierto que el monte mediterráneo no pueda explotarse, de hecho lo que nos queda es una muestra de ello,  pero sí que hay un límite que no se debe traspasar. Actualmente es fácil descubrir como la administración forestal permite que este límite por inconciencia o  por mimetismo técnico y económico agrícola se traspasa continuamente buscando  ciclos productivos cada vez más cortos en la moderna selvicultura de la biomasa, celulosa o madera, esta tendencia acerca cada vez más la selvicultura a la explotación agrícola.
De hecho no existe una clara frontera entre el cultivo agrícola y la explotación forestal. Podríamos decir igualmente que los  clones de chopo  son un cultivo forestal cultivado en suelo agrícola, o que el cultivo energético de eucalipto con turnos de 2 ó 3 años es un cultivo agrícola en terrenos forestales.


Eucalipto con una densidad de plantación elevada para producción de biomasa energética

Siguiendo los principios de la legislación forestal el monte ha de ser gestionado conforme a los principios de la sostenibilidad ambiental.  Parece algo trivial en estos tiempos modernos cuando todo lo que concierne al medio ambiente debe de llevar el marchamo de sostenible; pero en este caso no es así, ya que son los principios tradicionales de la selvicultura, aquellos que se aplican en cualquier ordenación del monte,  los que desde hace más de un siglo, buscan precisamente esta sostenibilidad.
Quizá lo que está en entredicho es el propio concepto actual de "sostenibilidad" aplicado a lo forestal,  pues ya de antiguo se entendió que los montes se gestionasen de forma ordenada, de tal forma que estos tuviesen capacidad de producir bienes  y servicios de forma continuada. Estaba de más  entender que se refería bajo las condiciones naturales, cosa que ahora sí que parece que ha de advertirse, pues el término hoy es económico, o si se me permite, técnicamente económico; es decir, que es planteable  que se pueda mantener la capacidad de producción con ayuda externa y, por tanto, fuera de las condiciones (limitaciones) naturales.
Es este paso el que hace que la explotación forestal se acerque en su gestión a la agrícola, separa ya únicamente por la categoría del terreno. Aún así hay una legislación forestal y una ordenación del territorio restrictiva para los cambios en el monte, que en la práctica choca con la realidad social y económica de un submundo forestal, despoblado, envejecido, empobrecido, escaso de ayudas y depreciado en sus productos  frente al agrícola. La salida pasa muchas veces por el cambio de uso a cultivos agrícolas como el olivar o almendro o la intensificación del pasto, ¿quién o qué administración se atreve a limitar el desarrollo de estas tierras en zonas con despoblamiento, retraso secular e índices de paro elevadísimos?

Frontera entre Haití y La República Dominicana


En este mundo del siglo XXI mantener los recursos forestales se ha convertido en un lujo cuando la pobreza aprieta. Un caso extremo, deforestación de Haiti  (mitad izquierda de la imagen), comparen con las tierra de La República Dominicana a la derecha de la frontera.
Resulta obvio, la diferencia entre suelo agrícola y el forestal debería ser la sostenibilidad ambiental.  En el caso mediterráneo esto implica una cubierta permanente de árboles y arbustos. Este es el principio fundamental sobre el que ha de basarse la buena gestión forestal en el medio mediterráneo.
En realidad, para el gestor la diferencia está en la distinción ambiental y económica con las administraciones públicas. La primera castiga a los terrenos forestales con todo tipo de autorizaciones y limitaciones, hasta para cortar un árbol seco. La segunda  no distingue entre unos y otros,  pero al no haber una discriminación positiva de los montes por el bajo valor de sus productos y el alto valor ambiental de sus externalidades, por comparación con los terrenos agrícolas, se penaliza la baja rentabilidad lo que lógicamente conduce a los propietarios a buscar rendimientos más  cercanos a la agricultura ya sea haciendo más intensiva la producción  (p.e. pastos o cultivos energéticos) o dando el salto definitivo del cambio de uso del terreno forestal al agrícola.
Si hace unos años montes y secanos quedaban en la marginalidad social y económica ahora el regadío resulta una inversión económica interesante dentro de los mercados, especialmente cuando el suelo marginal previo a la transformación está tan barato. Estos inversores más que agricultores, producen una imparable transformación del medio que pone negro sobre blanco la nula rentabilidad del monte mediterráneo  frente a las elevadas ayudas para la transformación de la PAC que conducen a un deterioro progresivo del medio rural y forestal. La legislación proteccionista que recae sobre los terrenos forestales es el reflejo de la conciencia ambiental de nuestro pueblo; pero la verdadera muestra de la acción de la administración, la ejecutiva, se deja guiar siempre por el poder económico.
Transformación de terrenos forestales para uso agrícola en Lepe (Huelva)


FENÓMENOS ECOLÓGICOS REDUCIDOS A PROBLEMAS SANITARIOS


La decadencia del arbolado en la dehesa, la desaparición de conejos, de perdices y linces; problemas  graves de nuestros montes ¿Cuál es la causa?
 
Conejo junto a la marisma de Isla Cristina
El reduccionismo imperante favorece la explicación simple y desconectada de los procesos ecológicos de ciertos fenómenos no deseados en nuestros campos, achacados a factores externos o singulares explicados por “enfermedades encadenadas”.

En el primer supuesto, la seca, se considera que un hongo pudre las raíces del árbol debilitando y acabando por secar a la encinas y alcornoques. Se culpó como asesino a Phytophtora cinnamomi;  sin embargo, al no parecer en algunos lugares, se culpó también a otro  hongo, como Phytium sp.  No sólo no puede explicarse el fenómeno con una única causa patógena, sino que al extenderse a otras formaciones forestales como pinares se habla ya de una causa global: un cambio climático ¡en apenas dos décadas! Que afecta a árboles con un ciclo de vida varias veces  centenario y que viven en un rango amplio de situaciones climáticas.

Y hay más factores que intentan explicar la muerte del arbolado en la dehesa y se centran en patógenos asesinos. Centrar el problema en estos “liquidadores” es una reducción de una compleja realidad en la que el arbolado es la punta del iceberg

Lo que ocurre con la dehesa se repite en el medio natural más tradicional, se "pone en valor" y se da una vuelta de tuerca económica pintada de "desarrollo sostenible".  Este nuevo paradigma de la dehesa del siglo XXI, la dehesa 2.0 modernizada salvándola de su papel marginal dentro de la economía agraria, cambiando unos usos muy extensivos que dejaban respirar al arbolado porque mantenían su esencia forestal.   

Y es que en todo esto hay algo de perversión pues el manejo que causa la decadencia, como la eliminación de matorral invasor con gradas o la siembra subvencionada de pratenses a su vez oculta los síntomas forestales evidentes, no es la decrepitud que vemos en los viejos y moribundos árboles como se suele señalar, es más obvio: la  falta de renovación natural por la sobrecarga ganadera y el mecanizado del suelo.

Desde el punto de vista ambiental es un desastre que debería llevarnos a reflexionar cuando escuchamos las "palabras mágicas", "sostenibilidad" o  "desarrollo sostenible".  Y es que la política económica tiene mucho que ver en esto. Nunca se vio desde el Neolítico esta compatibilidad entre el uso agrícola y el forestal,  y la dehesa se mantenía por  el abandono del uso primero. Sin embargo las medidas, al contrario, apoyan la intensificación agrícola y ganadera, y se hacen con buena voluntad política. Ya que la falta de intensidad en la explotación obedecía al retraso secular, no obstante ¿dónde están las dehesas sino en lo más retrasado de este país?

El resultado final, la actualización 2.0 del monte mediterráneo, es el empuje hacía el lado agrícola moderno del medio tradicional mediterráneo con consecuencias grotescas como la búsqueda de superencinas (árboles resistentes) o la plantación  de ejemplares enjaulados en cajas protectoras. Una forma más de esconder el fracaso de la gestión, de la ruptura del vinculo con los procesos ecológicos  del monte mediterráneo. Esta forma de renovar es artificial, es un fracaso de la gestión forestal pues se desvincula de los procesos naturales



Son los paliativos a la enfermedad del ecosistema, un lavado de la fachada, se ocultan los síntomas   más visibles  y no se  soluciona el problema ecológico. Es este el modelo del "desarrollo sostenible", puesto que lo vemos en todo el monte, también en relación con la gestión de la fauna cinegética y el lince.  Como las sueltas de perdices o conejos en cotos de caza mal gestionados y  la kittyficación del lince. Un futuro Lynx pardinus genéticamente verdadero, pero criado en cautividad ( y  con toda la tecnología)  al que le faltan los mismo atributos que a nuestro canario en su jaula,  ya  desconectado de sus parientes salvajes.

Con el caso del conejo no voy a extenderme que cada cual saque sus conclusiones en base a los datos. Deben saber que la desaparición del conejo en los cotos se justifica fácilmente a causa de enfermedades víricas. La realidad puede llamarles la atención, pues fuera de estos cotos se autoriza su caza por daños  (Ver Resolución de 3 de julio de 2015, de la Dirección General de Gestión del Medio Natural, por la que se adoptan medidas cinegéticas excepcionales por daños de conejos silvestres en varios términos municipales de las provincias de Cádiz, Córdoba, Granada, Jaén, Málaga y Sevilla. BOJA 140, de 21 de julio de 2015).

Algunos de los cotos sin conejo son colindantes en la campiña con los cultivos dañados. ¿Qué ocurre en los cotos?

Tampoco parece extraña la alta incidencia de enfermedades como la tuberculosis en la caza mayor  con una gestión basada en el cerramiento y que apoyada por la alimentación  artificial eleva las densidades como jamás antes las hubo y sin que existan depredadores que saneen ni mucho interés por la caza de gestión (matar animales enfermos o para reducir el número de hembras).

Y no es que quiera culpar a los gestores de los cotos, en Doñana, que aunque se use el antiguo término no es un coto, tenemos a más de la mitad de los jabalíes enfermos de tuberculosis bovina. ¿O será que finalmente si parece su gestión la de un coto?

Lince Ibérico - El gato de todos - Naturalistas
https://elpais.com/elpais/2016/11/15/ciencia/1479212102_156530.html?rel=mas
https://elpais.com/diario/1998/06/16/andalucia/897949341_850215.html
https://www.fac.es/prensa/noticias/declarada-area-emergencia-cinegetica-por-danos-conejo-en-municipios-cadiz-cordoba-jaen-malaga-sevilla
http://sevilla.abc.es/andalucia/20150721/sevi-conejos-convierten-amenaza-para-201507211846.html
http://www.elmundo.es/elmundo/2008/07/23/ciencia/1216827171.html



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