domingo, 14 de septiembre de 2014

ORIGEN Y PRESENTE DEL MONTE MEDITERRÁNEO PARTE 3: EL MONTE MEDITERRÁNEO. MOSAICO FORESTAL

Si se analiza la biodiversidad de distintas formaciones forestales, se puede inferir que el monte mediterráneo potencial, encinares o alcornocales, tiene paradójicamente menor biodiversidad que los espacios en los que no puede asentarse el bosque maduro mediterráneo, ya sea por condiciones edáficas limitantes o especiales.  Incluso paisajísticamente, la monotonía de una dehesa contrasta con la diversidad de una zona de montaña. Sacar conclusiones parciales puede ser fácil y llevarnos a errores.  Mientras que en una dehesa las condiciones del medio son muy homogéneas, en estas áreas de montaña, de marisma, costeras o húmedas existen gradientes que crean una mayor diversidad de ambientes, en donde la mayor riqueza de endemismos están fuera de los lugares en los que consideramos estaba o podría estar la vegetación climácica.


martes, 2 de septiembre de 2014

ORIGEN Y PRESENTE DEL MONTE MEDITERRÁNEO PARTE 2: LA FORMACIÓN

Repasemos brevemente la historia de nuestros montes desde sus orígenes en el Terciario o más correctamente desde el Cenozoico anterior al Cuaternario.

El Reino Holártico durante el final del Cretácico y gran parte del Terciario estuvo poblado por dos cinturones de vegetación de características diferentes. Al norte la Geoflora Arctoterciaria y al sur la Geoflora Paleotropical.

El cinturón de la Geoflora Paleotropical  limitaba al norte con la Geoflora Arctoterciaria  siguiendo un paralelo que correspondería con el sur de Dinamarca; mientras que por el sur no pasaría de la estrecha franja costera de clima mediterráneo actual del norte de África, entre Marruecos y Túnez.  En la costa oeste de América comprendería por el norte toda la actual costa oeste de los Estados Unidos hasta su límite con Canadá y por el sur llegaría hasta  lo que hoy es Panamá que por entonces no estaba conectado con América del Sur.

ORIGEN Y PRESENTE DEL MONTE MEDITERRÁNEO: PARTE 1 MITIFICACION


Las más antiguas culturas guardan memoria de bosques fabulosos en los que habitaban todo tipo de seres extraordinarios y espíritus. Pueden ser realidades de una cultura que vive integrada en la naturaleza o son idealizaciones de épocas que no conocieron, pero que identifican como la de sus ancestros y añoran de forma parecida a la pérdida del paraíso relatada en el Génesis.


Partiendo de la visión de las selvas vírgenes, también la ciencia puede especular con lo que fue nuestro bosque primigenio, un bosque en un estado ideal, en el equilibrio último: el clímax.
Sabemos que las tempranas civilizaciones imposibilitan la existencia de esos bosques primarios en la Península Ibérica y en toda el área mediterránea del viejo mundo. Para encontrar algo así, quizá deberíamos probar en el único sitio posible: la costa oeste de los Estados Unidos de América. Únicamente en California podríamos encontrar algo parecido, dado que es el único rincón del Globo fuera de nuestro entorno bañado por el Mar Mediterráneo con clima mediterráneo y flora con orígenes comunes, ya  que el resto de áreas con clima mediterráneo están en el hemisferio sur.

Un desastre totalmente previsible

  Dejando de lado la inoperancia política en la prevención así como una logística del desastre al nivel del tercer mundo, nos centraremos en...