Uno de los aspectos más
trascendentes de la degradación a causa del desarrollo, es la fragmentación del
medio natural y la pérdida de conectividad ecológica. La ordenación del territorio permite que el
encuentro entre la protección de los espacios protegidos y la transformación
del medio genere abruptas fronteras.
Transición brusca entre un sistema natural (pinar en el entorno de
Doñana) y cultivos en invernadero en la costa de Huelva.
Las consecuencias negativas de esta
fragmentación y pérdida de conectividad se valoran en los instrumentos de ordenación con un enfoque paisajístico que ignora
aspectos ecológicos fundamentales. Para ello se definen y crean
"corredores ecológicos", se habla de preservar "bosques
islas", refugios de la vegetación natural como herrizas o setos entre
cultivos y otros enclaves.
En este sentido, el ecólogo Margalef mostraba su preocupación por que la antigua matriz de
medios naturales quedará reducida a islas o islotes, fragmentada en una nueva
matriz agrourbana. Interpretaba que estos cambios eran equivalentes a un proceso de mezcla homogeneizadora a gran
escala, con pérdida de la diversidad del conjunto de la Biosfera.
En definitiva, resulta difícil preservar espacios naturales cuando se
encuentran intercalados entre zonas que producen una elevada perturbación o
desorganización del sistema exterior. Si además la evaluación de impacto
desprecia está afección al hacer una
valoración simplista o
paisajista, los resultados no se ajustan a las premisas ambientales, por
lo que las medidas protectoras suponen un esfuerzo inútil.
Los cambios actuales producidos sobre los espacios agrícolas
tradicionales son un caso de profunda
perturbación sistémica. Paradójicamente algunas de estas transformaciones no
pasarán siquiera evaluación ambiental, se trataría de la modernización de las
explotaciones agrícolas tradicionales que forman parte de una intensificación
ya admitida, es decir, no suponen para la administración un cambio de uso, es
el caso general. La normativa solo contempla la afección ambiental cuando se
produce la transformación en una gran superficie.
Aunque en otro nivel, parecido ocurre con las explotaciones ganaderas
y cinegéticas asociadas a pastos en terrenos forestales. Cerramientos de
fincas, laboreos del suelo y las elevadas y abusivas cargas ganaderas que soportan no tienen
antecedentes históricos, incluso en los cotos de caza mayor sin ganadería
declarada, en donde se rebasan los
límites admisibles debido a una planificación que antepone producción
cinegética a criterios de mantenimiento del sistema ecológico.
Referencias bibliográficas:
Margalef, R. 1991. Teoría de los
sistemas ecológicos. Publicacions de la
Universitat de Barcelona, Barcelona, España. 290 pp.
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