Aunque en
apariencia la degradación y transformación del medio forestal ha sido una constante durante siglos, no es
cierto.
Dique de mampostería gavionada para la corrección de un cauce en margas yesíferas en la comarca de Los Vélez (Almería) |
Cualquiera
puede consultar en los visores de información ambiental públicos la comparativa
entre las ortofotos del vuelo americano de 1957 e imágenes actuales.
Indudablemente
la deforestación ha sido continuada desde los primeros signos de civilización
en nuestros montes, sin embargo se produjo
un punto de inflexión durante la primera mitad del siglo veinte.
Coincidieron varias causas como el abandono del ámbito rural, lo que redujo la
presión sobre el monte y las
restauraciones hidrológicas.
El desarrollo
económico y social del siglo XX puso de manifiesto la necesidad urgente de
atajar los graves riesgos hidrológicos del país a causa de la deforestación de
los montes españoles, haciéndose eco de esta preocupación intelectuales como
Ramón y Cajal. Se promovieron
actuaciones, de las que un ejemplo, fueron las de restauración de los montes de
Málaga para evitar las sucesivas riadas en la capital malagueña del río
Guadalmedina.
También se
actúo en muchos montes declarados de utilidad pública, que estaban en cabeceras
de cuencas o zonas erosionables como los arenales de Huelva y Cádiz.
Esto tendría repercusiones importantes sobre
la red hidrográfica, un estudio de la cuenca del Río Yeguas ( Restauración de
riberas en ríos mediterráneos, Consejería de Medio Ambiente, Junta de
Andalucía, 2008) evidencia que durante
los años 50 apenas si había arbolado de ribera, podemos suponer que por el
ganado o las practicas como el trasmocho, mientras que en la actualidad la
calidad y cobertura del arbolado de
aliso, fresno y arbustos es muy buena.
Este mismo estudio pone de manifiesto como la recuperación de la
cubierta arbolada ha modificado la morfología fluvial al provocar un descenso en la capacidad de
transporte de sedimentos, ahora es más estable
y permite la formación de pozas. Una de las consecuencias es que
alrededor de estas pozas se forman bosquetes de aliso que antes no hubiesen
podido desarrollarse en un cauce
completamente seco fuera de los periodos lluviosos.
El caso de
este río nos muestra la recuperación de
la Ribera debido al abandono de antiguas
prácticas y la protección de un espacio natural protegido. Desgraciadamente no
es el caso de la mayoría de riberas, pues tras la posible recuperación, en las
últimas décadas vivimos importantes transformaciones del territorio que afectan
gravemente a las cuencas vertientes y los cauces.
Para más información ver la
obra: Álvarez Calvente, Miguel, 2001“Paisaje
Forestal Andaluz. Ayer y hoy”. Junta de Andalucía.
Del Tanago, M.G y García, D. 2001.
“Restauración de Ríos y Riberas”. E. Mundiprensa. Madrid.
Información complementaria:
https://eps.unizar.es/sites/eps.unizar.es/files/users/ccano/presentaciones/gestion-forestal/charla_hidrologia_huesca_nov_2016.pdf
http://esmemoriaus.blogspot.com.es/2014/07/el-patrimonio-forestal-del-estado-1.html
https://es.slideshare.net/masaelsanchez9/la-restauracion-hidrologicoforestal
http://www.rtve.es/alacarta/videos/el-bosque-protector/bosque-protector-sierra-filabres-bosque-frontera/3631623/
http://www.rtve.es/alacarta/videos/el-bosque-protector/bosque-protector-sierra-espuna-limite-del-desierto/1630764/
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