Me parece conveniente aclarar ciertos aspectos del incendio ocurrido estos días atrás en el
espacio natural de Doñana.
En primer lugar el titulo de la entrada no es muy correcto aunque mediaticamente es lo que
más ha transcendido. El llamado Parque de Doñana o simplemente Doñana hace
alusión al Parque Nacional que, por suerte, no se ha visto directamente
afectado por las llamas. En realidad la superficie quemada se encuentra dentro
del llamado “entorno de Doñana” y solo en parte dentro del Parque Natural antes
conocido como preparque.
No es cierto tampoco que únicamente haya afectado al
municipio de Moguer, origen del foco que
inicio el incendio, pues es su trayecto las llamas pasaron por montes del
municipio de Lucena del Puerto y Almonte.
Es cierto que llegó a temerse por el Parque Nacional, así hubo de desalojarse el Centro del
Acebuche; pero las llamas quedaron a varios kilómetros.
Una información repetida en los medios que lleva a un
malentendido es la relativa al camping quemado de Doñana. Este camping se encuentra a más de 17 km de
distancia de Matalascañas (y Doñana) en un paraje conocido como “Médano del
Loro”. La confusión se ha dado porque el
nombre del camping es Doñána. Curiosamente el término municipal en el que se
encuentra el camping es Lucena del Puerto, aunque en la misma playa una antigua
torre vigía (Torre del Loro) es el punto de encuentro de 4 términos municipales
(Palos de la Frontera, Moguer, Lucena del Puerto y Almonte) y del dominio
público marítimo.
Sobre el origen y causa del incendio
Las primeras noticias hablaron de una incendio probablemente
provocado con varios focos que se iniciaron simultáneamente en un paraje
llamado Las Peñuelas.
La primera foto oficial (INFOCA) que se difundió del
incendio fue la siguiente:
Esta imagen, que apareció entre otros medio en el periódico
El País, muestra el incendio en su origen.
La analicé para localizar el lugar con Gooble Earth y me
encontré que estaba orientada perfectamente hacia el norte geográfico.
Con ella tenemos mucha
información acerca del origen del incendio y su propagación.
En primer lugar observamos como
la zona en la que aparece el fuego está
alejada del espacio natural protegido y a tan solo 3 km de núcleo urbano de Moguer. Podemos observar que
se trata de una franja de transición
entre el monte público, los invernaderos
y canteras de áridos. Esta mezcla de usos es un foco de conflictividad, y por
ello se han producido numeroso incendios en los últimos años, así como transformaciones de los terrenos forestales.
Ni que decir tiene que ninguno de estos incendios llegó a tener importancia, a
lo sumo, se quemaron unas pocas hectáreas.
En un primer momento se pensó que
el fuego podría haber sido intencionado, no obstante se habían visto varios
focos simultáneamente. Este fenómeno se aprecia en la instantánea.
Después ha trascendido que el
origen del incendio estaría en la planta de carbón vegetal que se encuentra al norte del inicio del
incendio y que los otros focos son saltos provocados por las pavesas.
La clave está en las inusuales
condiciones climáticas reinantes durante esas horas, con fuertes vientos
terrales muy cálidos y secos.
Estas condiciones son frecuentes
en otras zonas de España como Málaga, en donde la orografía propicia estos
vientos que viniendo del norte
bajan encajonados por los valles
recalentándose por el llamado efecto Foehn y perdiendo humedad relativa.
Por tanto, la principal causa del
desastre se encuentra en la conjunción de una serie de casualidades muy raras
de darse conjuntamente. Desgraciadamente la dirección de los vientos dirigió el
fuego hacía el sur en donde encontró la extensa masa de pinar con matorral
altamente pirofítico. Si el viento hubiese soplado hacia el norte o oeste, las
condiciones y el resultado hubiesen sido muy distintas. Más adelante se resumirán
las claves del incendio.
Los saltos impidieron controlar el incendio e hizo que en
tan solo unas dos horas el fuego amenazara el núcleo urbano de Mazagón a 10 km
del foco inicial.
Oficialmente el viento alcanzaba
rachas de 60 km/ hora, pero he de aclarar que la velocidad del viento debió de
incrementarse aún más, se habla de rachas de cerca de 100 km/hora en el frente,
en este caso debido a la convección por la gran cantidad de calor generado por
el fuego, un efecto parecido al tiro de
una chimenea.
Cuando el fuego alcanzó la costa,
el frente cambio de dirección hacía el este, hacía Doñana. ¿Cúal fue la causa?
Toda la zona costera hacía
Matalascañas es prácticamente llana, pero si observamos con detenimiento
veremos que desde Mazagón el litoral se
eleva hasta alcanzar más de 100 m de altura en el Asperillo. Esta elevación
solo se encuentra en el borde costero, es un frente dunar fósil.
El fuerte viento, primero terral
y ya al caer la noche el provocado por
convección por el propio fuego,
se desvió hacia el este al
encontrarse esta elevación, de forma parecida a como ocurre cuando el viento se
encuentra con una barrera montañosa y se dice que se encañona.
La urbanización que quedó más
expuesta en Mazagón fueron las llamadas “Casas de Bonares”. Se trata de una línea de casas junto a la
playa que literalmente tenía colgado por encima al monte. Algunos videos
tomados por los propios vecinos muestran como las pavesas incandescentes caían
sobre el mar realizando un vuelo de al
menos 150 m.
¿Podría haberse evitado este
incendio?
Es primer lugar, si se demostrara
que el origen del fuego se debió a la planta de carboneo cercana al primer foco
del incendio deberíamos entender que no
es este origen el que determina el posterior alcance del desastre. Bien podría
haber ocurrido con cualquier foco que se hubiese generado, fortuito o por
negligencia en la zona cuando se daban las condiciones tan especiales con las
que se generó el desastre.
De hecho, el inicio del foco se
encuentra rodeado de actividad agrícola, junto a una carretera y a tan solo 3 km de una torreta de
vigilancia. La casualidad quiso que el fuego se dirigiera precisamente hacía la
casa forestal de Las Peñuelas, el principal punto de vigilancia en el monte de
Moguer. Por tanto, el inicio del incendio fue detectado casi inmediatamente.
Carretera de Las Peñuelas, cerca del punto de origen del incendio. |
En cuanto a la extensión. Tampoco
creo que otro modelo de vegetación natural hubiese tenido un resultado final
muy distinto. Los pinares costeros han tenido recientes claras, consideradas
abusivas por los vecinos que han dejado bastante espaciado al arbolado.
En esta imagen se observa la densidad relativamente baja del arbolado y la amplia faja cortafuego de la carretera
Mazagón-Matalascañas. Aunque el espaciamiento de los árboles hubiese sido mucho
mayor no se hubiera evitado la continuidad del fuego.
En esta imagen vemos el amplio
médano del Asperillo en la conocida como “Cuesta Maneli” un acceso muy popular.
La escasa cubierta no ha salvado a estas zonas dunares, siendo el principal
valor ecológico y ambiental dañado.
LAS CLAVES DEL INCENDIO
1.- CONDICIONES CLIMÁTICAS
EXCEPCIONALES.
2.- POSICIÓN GEOGRÁFICA DEL
ORIGEN
3.- MOMENTO DE GENERARSE EL
FUEGO.
2.- VEGETACIÓN NATURAL MUY
PIRÓFITA.
En conclusión, la claves para
entender el incendio es la confluencia de unas condiciones climáticas
excepcionales con vientos secos secos en
dirección sur que facilitó la expansión del fuego a la gran masa de pinar del
monte público Ordenados de Moguer. Por
tanto, la posición geográfica del inicio del fuego facilitó la expansión hacía
el sur.
En la primera imagen de
GoogleEarth se puede apreciar como el fuego y los dos focos secundarios están
alineados en dirección sur-sureste con la dirección del viento (ver la columna
de humo), lo que evidencia que los focos secundarios son saltos del foco
principal.
El momento en que se generó el
incendio es otro de los factores desgraciados, pues al coincidir con la cercanía del ocaso, no pudieron actuar en
esta fase inicial los medios aéreos de extinción. Sería así que el fuego pudo
alcanzar grandes dimensiones en poco tiempo, generando de noche, cuando ya el
viento terral había cesado, suficiente energía de convección para mantener un
importante flujo de aire en dirección paralela al mar por la elevación
del Asperillo (franja dunar elevada).
Probablemente el punto más
controvertido estará en valorar el modelo del combustible. Sin embargo, me
parece erróneo considerar que es el estado del pinar el que ha resultado decisivo
para la expansión tan rápida del fuego, me parece que fundamentalmente ha sido
el matorral el que ha propiciado la dimensión final del incendio.
Justifico esta opinión en que la
cubierta de pinar era relativamente baja en algunas zonas que se han quemado
igualmente y la de matorral bastante alta.
Ha de tenerse en cuenta que el matorral formado por jaguarzo (Halimium halimifolium) y aulagas
(Ulex australis) y genistas (Stauracanthus
genistoides) es altamente inflamable.
¿Qué hubiese ocurrido si no
hubiese apenas cubierta de pinar? La cubierta era lo suficientemente baja para
permitir el desarrollo del matorral y con menos densidad el resultado hubiese
sido el mismo.
¿Podría haberse modificado la
inflamabilidad del matorral? La respuesta a esta pregunta es compleja. En
primer lugar, el monte blanco dominante
es altamente pirófito y se ve favorecido
por la falta de cubierta arbórea (no soporta la sombra del arbolado). Por
tanto, eliminar el arbolado no soluciona el problema. Sin embargo, la vegetación bajo el pinar se
corresponde con etapas iniciales de la progresión de este ecosistema psamófilo.
En las dunas fósiles o médanos aparecen
etapas de mayor desarrollo del ecosistema con sabinas, enebros y algunos
ejemplares de matorral noble como lentisco o espino negro (Rhamnus lycioides).
El proceso para alcanzar este
estado es lento. Un monte preservado
podría alcanzar después de muchas décadas este óptimo, en el que la sabina
sería el árbol dominante. Sin embargo, sería imposible evitar que el fuego no
apareciese durante el proceso.
La sabina (Juniperus phoenicea
var oophora) apenas arde, pero tampoco
puede rebrotar si se quema. El monte en
todo este proceso estaría cubierto de este matorral heliofilo y pirofito salvo
que se eliminara y esto no es viable por
dos motivos. El primero por su coste, y el segundo porque este matorral es lo
que mantiene vivo el ecosistema. Si se eliminara, no habría conejos, o
camaleones, por ejemplo, pues carecerían de lugares para cobijo.
No obstante, el método de control
del matorral resulta decisivo sobre el ecosistema y también sobre el
comportamiento del fuego y su
recuperación posterior, su resiliencia y resistencia al fuego; de esto sin duda, las autoridades discutirán en los próximos
días.
Solo espero que no se precipiten
ni den prioridad a las medidas efectistas sin importar hacerlo bien.
En próximas entradas explicaré mi particular punto de vista,
ya adelanto que en el caso de la gestión forestal orientada a la conservación,
un factor fundamental es el tiempo.
El tiempo debe jugar a favor de la conservación, esto se
contrapone con el trabajo humano y las decisiones de las autoridades en las que
el tiempo es un factor en contra.
Fuentes consultadas: REDIAM (Junta de Andalucía) y Estación
Biológica de Doñana.
http://last-ebd.blogspot.com.es/2017/06/actualizacion-area-quemada-y-severidad.html
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